Un abrazo de mi hijo
me rompió la pantalla
del móvil,
como antes mi vientre.
Salió de él envuelto
en una burbuja de líquido
y cuando explotó
y el aire de la tarde invadió
sus pulmones
yo estaba dormida.
Desperté y recuerdo
unas manos
que me lo trajeron
para que lo besara
como si fuera una reliquia.
Así lo conocí la primera
vez
sin más presentaciones,
aunque venía de lejos
nuestra relación
telepática.
Yo le cantaba y hablaba
sola
mucho antes de esto.
Más tarde conoció el mundo
y sus pantallas,
ya no recuerdo qué tiempo
tenía
cuando dijo la palabra
mamá
por primera vez.
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