Ahora recuerdo la vida como era, los días de fiesta en la calle hablando y bebiendo en medio de un jolgorio, las personas se tocaban unas a otras, besándose. Había escándalo en el mundo y bocas bien abiertas a carcajadas mientras los niños aprovechaban que sus padres los dejaban libres para comprar chuches y patatas fritas. El mundo era eterno entre terrazas de bar y bares sin terraza, y alguna vez la desgracia nos sobrecogía pero mira… el tiempo todo lo cura. La vida fluía sin mucho más, cada cual con sus cosas, relajando las tensiones o subiéndolas de tono pero siempre había un brazo disuasorio y la noche continuaba. Las charlas podían visitar muchos temas y concluir obviedades, (siempre las obviedades nos salvaron), pero el afán era seguir compartiendo aunque esperásemos el dolor de cabeza para el próximo despertar. Así éramos, bailábamos hasta el amanecer porque el mundo era infinito, infinita su inge
literatura y pensamiento -2020-